Es una enfermedad degenerativa de la retina central o mácula (figura 3). Ocurre en personas mayores de 50 años, aumentando su incidencia con la edad. Se puede considerar que es una enfermedad muy frecuente.
- Figura 4: anatomía del ojo en la parte central de la retina –
Existen dos tipos de degeneración macular asociada a la edad:
La forma seca o atrófica: es la forma más frecuente (85% de los casos) y se asocia a una forma progresiva de pérdida visual. Se produce una desaparición progresiva de la zona central de la retina (figura 5)
- Figura 5: degeneración macular tipo seco o atrófico –
La forma húmeda o exudativa, aunque es la forma menos frecuente, tiene una progresión mucho más rápida que afecta de forma devastadora la visión central: se pierde la capacidad de distinguir los detalles en el campo de visión central afectándose actividades tan cotidianas como marca un número de teléfono, ver las caras, leer un libro … (figura 6). En la forma húmeda se daña la visión central por el crecimiento de vasos sanguíneos, nuevos, frágiles con tendencia a sangrar y a extravasación (figura 7). La cantidad de sangre y exudación es variable (Figura 8).
- Figura 6: afectación de la visión central en la forma húmeda –
- Figura 7: Esquema que muestra crecimiento de vasos sanguíneos por debajo de la retina –
- Figura 8: paciente con degeneración macular exudativa –
Así como en la forma seca o atrófica no disponemos en la actualidad de una terapia admitida y efectiva, sí se ha avanzado mucho en el tratamiento de las formas exudativas o neovasculares, en donde los fármacos antiangiogénicos administrados mediante inyección intraocular o intravítrea, se han mostrado eficaces, pero requieren una administración repetida para controlar la enfermedad.
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