lunes, 1 de diciembre de 2014

Degeneración Macular Asociada a la edad



Es  una  enfermedad  degenerativa  de  la  retina  central  o  mácula  (figura  3).  Ocurre en personas  mayores de 50 años, aumentando su incidencia con la edad. Se puede considerar que es una enfermedad muy frecuente.




Figura 4 anatomía del ojo en la parte central de la retina


- Figura 4: anatomía del ojo en la parte central de la retina – 


Existen dos tipos de degeneración macular asociada a la edad:
La  forma  seca  o  atrófica:  es  la  forma  más  frecuente  (85%  de  los  casos)  y  se asocia a una forma progresiva de pérdida visual. Se produce una desaparición progresiva de la zona central de la retina (figura 5)
Figura 5 degeneración macular tipo seco o atrófico


- Figura 5: degeneración macular tipo seco o atrófico – 



 La forma húmeda o exudativa, aunque es la forma menos frecuente, tiene una progresión mucho más rápida que afecta de forma devastadora la visión central: se pierde la capacidad de distinguir los detalles en el campo de visión central afectándose actividades tan cotidianas como marca un número de teléfono, ver las  caras,  leer  un  libro  …  (figura  6).   En  la  forma  húmeda  se  daña  la  visión central por el crecimiento de vasos sanguíneos, nuevos, frágiles con tendencia a sangrar  y  a  extravasación  (figura  7).  La  cantidad  de  sangre  y  exudación  es variable (Figura 8).



Figura 6 afectación de la visión central en la forma húmeda


- Figura 6: afectación de la visión central en la forma húmeda –






Esquema que muestra crecimiento de vasos sanguíneos por debajo de la  retina


- Figura 7: Esquema que muestra crecimiento de vasos sanguíneos por debajo de la retina – 






Paciente con degeneración macular exudativa


- Figura 8: paciente con degeneración macular exudativa –






Así como en la forma seca o atrófica no disponemos en la actualidad de una terapia admitida y efectiva, sí se ha avanzado mucho en el tratamiento de las formas exudativas o  neovasculares,  en  donde  los  fármacos  antiangiogénicos  administrados  mediante inyección  intraocular  o  intravítrea,   se  han  mostrado  eficaces,  pero  requieren  una administración repetida para controlar la enfermedad.


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